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February 13, 2018

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WebManual De Carreño Pdf by Yocelin Alvarado Manual de carreño Etica 10-A Docente: Braulio Andrade Read the publication Manual de Carreño DOCENTE: Braulio Andrade. En algunos colegios venezolanos el “ Manual de Urbanidad y Buenas Costumbres ”, mejor … Si la diversidad de caracteres, inclinaciones y costumbres, hace nacer a cada paso motivos de desavenencia en el trato con los extraños, con quienes tan sólo nos reunimos ocasionalmente, ¿qué será en el trato con nuestra familia, con la cual vivimos en un constante e inmediato contacto? II Deberes con nuestra patria. III Del aseo en nuestros vestidos. relaciones domésticas. 2— Nuestro vestido, cuando estamos en medio de las personas con quienes vivimos, no sólo debe ser tal que nos cubra de una manera honesta, sino que ha de constar de las mismas partes de que se compone cuando nos presentemos ante los extraños; con sólo aquellas excepciones y diferencias que se refieren a la calidad de las telas, a la severidad de las modas, y a los atavíos que constituyen el lujo. 2 — Cuando la comida es para más personas de las que caben cómodamente en nuestra mesa se puede invitar a una comida de buffet, en cuyo caso cada invitado se sirve a sí mismo lo que apetece de las diversas fuentes colocadas en la mesa. Y como es tan fácil que nos sorprenda una visita de etiqueta en momentos en que recibimos una de confianza, será bien que nos hayamos presentado a ésta con un vestido que no sea impropio para recibir cualquiera otra. 3 — También pueden nuestros amigos trasladarse temporalmente a una casa de campo, no ya para tomar aires, sino con el objeto de descansar de sus fatigas y solazarse; y aunque es natural que cuenten entonces con recibir frecuentes visitas y que presupongan los gastos 6 — Desde que un amigo nos anuncia que va a hospedarse en nuestra casa, nos dispondremos a recibirle dignamente, preparándole la habitación que consideremos más cómoda, en la cual pondremos todos los muebles que pueda necesitar; y si tenemos noticia oportuna del día y la hora de su llegada, saldremos a encontrarle al sitio de su arribo para acompañarle a nuestra casa. No hay nada más agradable, cuando se tiene una gran fortuna, que poseer cuadros pintados por grandes maestros; pero si éste no es nuestro caso, podemos reemplazarlos por buenas reproducciones o finos grabados procurando que el tema de éstos no se oponga o choque al uso que se le da a la habitación en que se encuentra. WebManual de carreño pdf para niños Un buen hijo se hace, no nace, ya que la primera educacion que el niño recibe es en el hogar, por medio de la imitacion. La cría de animales que no nos traen una utilidad reconocida, a más de ser generalmente un signo de la frivolidad de nuestro carácter, es un germen de desaseo, al cual tenemos que oponer un constante cuidado, que bien pudiéramos aplicar a objetos más importantes y más dignos de ocupar la atención y el tiempo de la gente civilizada. 2 — Cuando la persona que flama a la puerta debe, por su posición social u otras circunstancias, tributar un especial respeto a los dueños de la casa, tocará siempre con poca fuerza, sea cual fuere el grado de amistad que con ellos tenga. 2 — La mujer se halla más expuesta que el hombre a incurrir en la falta de levantar la voz, porque teniendo a su cargo el inmediato gobierno de la casa sufre directamente el choque de las frecuentes faltas que en ella se cometen por niños y domésticos. 6 — Nuestras pisadas deben ser suaves, y nuestros pasos proporcionados a nuestra estatura. ¿Y si debemos ser tolerantes con los extraños, así por urbanidad como por la conservación del bien precio de la paz, con cuanta más razón no deberemos serlo para con las personas de nuestra familia, en quienes no podemos suponer jamás la dañada intención de ofendernos? bajo condicin de … 12. El aseo contribuye poderosamente a la conservación de la salud, porque mantiene siempre en estado de pureza el aire que respiramos, y porque despojamos nuestro cutis de toda parte extraña que embarace la transpiración, favorece la evaporación de los malos humores, causa y fomento de un gran número de nuestras enfermedades. <> Como la calle puede perder instantáneamente su limpieza, por muchas causas que es excusado enumerar, se hace indispensable que cada cual examine con frecuencia el frente de su habitación a fin de hacerlo asear cada vez que sea necesario. 10 — También debe ser objeto de nuestros cuidados el vestido que han de usar dentro de la casa los niños que nos pertenecen, no permitiendo jamás que permanezcan desnudos ni andrajosos. 3 — Guardémonos de dirigir habitualmente la palabra a nuestros domésticos en ese tono imperioso y duro que ni nos atrae mayor respeto, ni comunica mayor fuerza a nuestros mandatos: tolerémosles sus faltas leves; y al corregirlos por las que sean de naturaleza grave, no confundamos la energía con la ira, ni la severidad con la crueldad. 2 — El aseo contribuye poderosamente a la conservación de la salud, porque mantiene siempre en estado de pureza el aire que respiramos, y porque despojamos nuestro cutis de toda parte extraña que embarace la transpiración, favorece la evaporación de los malos humores, causa y fomento de un gran número de nuestras enfermedades. Esta obra contiene lecciones y consejos sobre cómo deben comportarse las personas en lugares públicos y … 2 — Nuestros deberes para con el público están todos refundidos en el respeto a la sociedad y a la opinión. Y respecto de las señoras, no es delicado que abusen de los fueros y privilegios de que tan justamente gozan en manera que hayan de estorbar la vista a las personas que queden por detrás. 3 — Nada hay, por otra parte, que comunique mayor grado de belleza y elegancia a cuanto nos concierne, que el aseo y la limpieza Nuestras personas, nuestros vestidos, nuestra habitación y todos nuestros actos. Mas como debe suponerse que el que escribe tiene más tiempo que el que conversa para escoger las palabras y las frases, y expresar las ideas del modo más propio y más ajustado a las reglas gramaticales, el estilo en las cartas deberá ser siempre más correcto que en la conversación. 5 — Cuando al hacer nuestra primera visita a la persona que nos ha sido presentada especialmente, no podamos ser recibidos, dejaremos nuestra tarjeta; mas no será válida esta visita hasta que no la repitamos, ya sea que en la segunda vez se nos reciba, o que nos veamos de nuevo en el caso de dejar tarjeta. Referencia: 8. Google non verifica le recensioni, ma controlla e rimuove i contenuti falsi quando vengono identificati. Pero adviértase que, aun conversando con personas doctas y de etiqueta, será siempre ridículo el excesivo esmero en la elección de las palabras y frases. Los templos, esos lugares santos y venerables, levantados por la piedad y el desprendimiento de nuestros compatriotas, nos traen constantemente el re-cuerdo de los primeros ruegos y alabanzas que dirigimos al Creador, cuando el celo de nuestros padres nos condujo a ellos por vez primera; contemplando con una emoción indefinible, que también ellos desde niños elevaron allí su alma a Dios y le rindieron culto. V Del aseo con los demás………..Página10, 11, 12, 13, 14 y 15. 9 — En general, siempre que nos vemos en el caso de dar la mano, se supone que hemos de tenerla perfectamente aseada, por ser éste un acto de sociedad, y no sernos lícito presentarnos jamás delante de nadie sino en estado de limpieza. Y téngase presente que estas consideraciones deben obrar en nuestro ánimo para retraernos, no sólo de ir a habitar en las casas de nuestros amigos convalecientes, sino de hacerles visitas a horas en que 1os pongamos en el caso de sentarnos a su mesa. En ella no aparecerán nunca otros objetos que los que sirvan a la comodidad y al recreo de las visitas, los cuales estarán siempre dispuestos con orden y elegancia. Read this book using Google Play Books app on your PC, android, iOS devices. <> 4 — Igual consideración debe obligarnos a reducir a estrechos límites la parte descriptiva de las narraciones. 2 —Si examinamos una casa en todas sus interioridades, y encontramos que no hay en ella ningún lugar en que no se halle impreso el sello del orden, del método y de la elegancia, podemos desde luego asegurar que sus habitadores son personas finas y bien educadas. V Del modo de conducirnos en los espectáculos 1 — Cuando hayamos de concurrir a una diversión pública presentémonos en el local un poco antes de la hora señalada para principiarse, a fin de no exponernos a tener que entrar en momentos en que perturbemos a los demás. —La afabilidad y franqueza del padre, y el respeto y la sumisión del hijo, forman un sublime concierto que hace de sus relaciones el encanto de la vida doméstica. 4 — Los hábitos del aseo revelan además hábitos de orden, de exactitud y de método en los demás actos de la vida; porque no puede suponerse que se practiquen diariamente las operaciones que son indispensables para llenar todas las condiciones del aseo, las cuales requieren cierto orden y método y una juiciosa economía de tiempo, sin que exista una disposición constante a proceder de la misma manera en todo lo demás. endobj Cuánto hay de grande, cuánto hay de sublime, se encuentra comprendido en el dulce nombre de patria; y nada nos ofrece el suelo en que vimos la primera luz, que no esté para nosotros acompañado de patéticos recuerdos, y de estímulos a la virtud, al heroísmo y a la gloria. ​, manual de carreño urbanidad y buenas manera, redicion de cuentas del municipio de carreño, Política i pedagogia: entre allò públic i allò privat Antonieta CarreñoConrad Vilanou, Introducción a la percepción: manual completo, Manual completo de prácticas de Bioquímica. Capítulo 3 De los deberes para con nosotros mismos…….. Página 6 y 7 Manuel de urbanidad y buenas maneras………………Página 7 Capítulo 1 Principios generales……………………. 6 — El visitado puede invitar al visitante, como una muestra de obsequiosa consideración, a sentarse a su lado y a su derecha, más si éste, con arreglo a lo prescrito en el párrafo 12 dela página 271, rehusase tomar la derecha, le invitará precisamente a ello por una segunda vez. 4 — Jamás reprendamos a nuestros domésticos delante de los extraños. C De las presentaciones ocasionales 1 — Según se ha visto ya, una presentación ocasional no es otra cosa que aquella ceremonia por la cual quedan autorizadas dos o más personas entre sí desconocidas, para comunicarse en una visita, en un festín, o en un lugar cualquiera donde se reúnan con un amigo común, sin que ninguna de ellas pueda considerarse obligada, por este solo hecho, a darse por conocida de las demás en ninguna otra ocasión en que se encuentren. 4—Las mujeres deben procurar no estar desaliñadas dentro de su casa ni aun para ejecutar los bores domésticos. 5 — Es igualmente importante poseer una buena pronunciación, articulando las palabras clara y sonoramente, sin omitir ninguna sílaba ni alterar su sonido, y elevando o deprimiendo la voz, según las reglas prosódicas y ortológicas. 4.a, cuando en el caso de la regla anterior, el caballero sea notablemente superior al hijo más caracterizado de la señora, bien por su edad, o por cualesquiera otras circunstancias, el segundo será presentado al primero; 5. a, al terminarse la, visita el presentado rendirá sus respetos a los dueños de la casa, en breves y precisos términos, principiando por la señora, y ellos le contestarán con palabras obsequiosas de ofrecimiento, las cuales serán también breves y precisas. Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity, Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades, Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity, Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios, Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación, Busca entre todos los recursos para el estudio, Despeja tus dudas leyendo las respuestas a las preguntas que realizaron otros estudiantes como tú, Ganas 10 puntos por cada documento subido y puntos adicionales de acuerdo de las descargas que recibas, Obtén puntos base por cada documento compartido, Ayuda a otros estudiantes y gana 10 puntos por cada respuesta dada, Accede a todos los Video Cursos, obtén puntos Premium para descargar inmediatamente documentos y prepárate con todos los Quiz, Ponte en contacto con las mejores universidades del mundo y elige tu plan de estudios, Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio, Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity, Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity, Universidad Simon Rodriguez (UNESR) - San Juan de los Morros, y obtén 20 puntos base para empezar a descargar, ¡Descarga manual de carreño completo y más Monografías, Ensayos en PDF de Investigación de Mercado solo en Docsity! Con hombres así la convivencia diaria se hará ingrata y amarga, cuando no francamente imposible. El Manual de Urbanidad escrito por Manuel Antonio Carreño en 1853, es … Capítulo 3: Del modo de conducirnos dentro de la casa I Del método, considerado como parte de la buena educación 1 — Así como el método es necesario a nuestro espíritu, para disponer las ideas, los juicios y los razonamientos, de la misma manera nos es indispensable para arreglar todos los actos de la vida social, de modo que en ellos haya orden y exactitud, que podamos aprovechar el tiempo, y que no nos hagamos molestos a los demás con las continuas faltas e informalidades que ofrece la conducta del hombre desordenado. Página32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40 y 41. Si el espectáculo que damos, a causa de la naturaleza de la enfermedad o debido a otra circunstancia, no es aceptable, es mejor abstenemos de recibir. 7 — Aparte de los adornos de lujo, y el mayor esmero que ponemos siempre en nuestro aliño, y compostura para salir de nuestra casa, para recibir en ella visitas de etiqueta, puede establecerse que en lo general debemos recibir en el mismo traje en que visitamos. Manual completo de Buenas Costumbres y Modales de Manuel Antonio Carreño. ¡Cuántos son entonces sus padecimientos físicos, cuántas sus privaciones por conservar la vida del hijo que la naturaleza ha identificado con su propio ser, y a quien ya ama con extremo antes de que sus ojos le hayan visto! Cuánto hay de grande, cuánto hay de sublime, se encuentra comprendido en el dulce nombre de patria; y nada nos ofrece el suelo en que vimos la primera luz, que no esté para nosotros acompañado de patéticos recuerdos, y de estímulos a la virtud, al heroísmo y a la gloria. La multitud de cumplidos que hacemos a cada paso, aún a las personas de nuestra más íntima confianza, con los cuales no les proporcionamos ninguna ventaja de importancia, y de cuya omisión no se les seguiría ninguna incomodidad notable, son otras tantas ceremonias de la etiqueta, usadas entre las personas cultas y civilizadas de todos los países. Las ciudades, los pueblos, los edificios, los campos cultivados, y todos los demás signos y monumentos de la vida social, nos representan a nuestros antepasados y sus esfuerzos generosos por el bienestar y la dicha de su posteridad, la infancia de nuestros padres, los sucesos inocentes y sencillos que forman la pequeña y siempre querida historia de nuestros primeros años, los talentos de nuestras celebridades en las ciencias y en las artes, los magnánimos sacrificios y las proezas de nuestros grandes hombres, los placeres, en fin, y los sufrimientos de una generación que pasó y nos dejó sus hogares, sus riquezas y el ejemplo de sus virtudes. 3 — El que por un accidente cualquiera de la vida doméstica se encuentra alguna vez desagradado, y es sorprendido en estos momentos por una visita, puede fácilmente sobreponerse a la alteración de su ánimo y presentarse con semblante sereno y afable; pero si la discordia interior devora constantemente su corazón y le ha hecho habituales sus crueles impresiones, imposible le será componer repentinamente su rostro y suavizar toda su exterioridad, para aparecer con aquel aire de tranquilidad y contento que es la primera señal de buena acogida que ha de darse a los extraños. 4 — No quiere decir esto que debemos contribuir a aumentar la exaltación de aquel que nos refiere la ofensa que ha recibido, ni la amargura del que nos habla de sus desgracias. 2 — Son visitas de negocios, todas las que se hacen con el exclusivo objeto de tratar sobre un negocio cualquiera, sin que sea necesario que medie ninguna amistad entre el visitante y el visitado. Dios es el ser que reúne la inmensidad de la grandeza y de la perfección; y nosotros, aunque criaturas suyas y destinados a gozarle por toda una eternidad, somos unos seres muy humildes e imperfectos; así es que nuestras alabanzas nada pueden añadir a sus soberanos atributos. Y como de esto se sigue que una carta hace en todas ocasiones las veces de una visita, es necesario que ella represente dignamente nuestra persona, así en el lenguaje como en todas sus circunstancias, materiales, revelando nuestra finura y delicadeza, la atención y respeto que debemos a la persona a quien nos dirigimos, y nuestro conocimiento de las reglas de la etiqueta. Muertos nosotros en defensa de la sociedad en que hemos nacido, ahí quedan nuestras queridas familias y tantos inocentes a quienes habremos salvado, n cuyos pechos, inflamados de gratitud, dejaremos un recuerdo imperecedero que se irá transmitiendo de generación en generación ahí queda la historia de nuestro país, que inscribirá nuestros nombres en el catálogo de sus bienhechores: ahí queda a nuestros descendientes y a nuestros conciudadanos todos, un noble ejemplo que imitar y que aumentará los recuerdos que hacen tan querido el suelo natal. 4 — Las personas de una misma familia que se encuentran desacordadas no pueden jamás recibir dignamente a una visita. Página.7, 8, y 10 Capítulo 2 Del aseo. B Del modo de trinchar, y del servicio en la mesa 1 — En las comidas, con los comensales sentados, los diversos platos son presentados por los sirvientes puestos en fuentes apropiadas y las carnes cortadas en presas fáciles de servir. República Bolivariana de Venezuela Ministerio del poder popular para la Educación Instituto universitario de Tecnología Antonio José de Sucre Materia: Formación cultural Manual de Carreño Profesora: Johana Díaz Nombre: Brayan Corrales CI: 28.484.124 Escuela:77 Seguridad Industrial Índice general Introducción……………………………………………………… Página 1 1 Desarrollo………………………………………………………… Página 2 Índice especifico Deberes morales del hombre………………………...Página 2 Capítulo 1 Deberes para con la Dios…………… Página 4 Capítulo 2 Deberes para con la sociedad. stream WebAcademia.edu is a platform for academics to share research papers. Estructurado para facilitar su lectura y comprensión. 2 — Según esto, jamás llegará a ser excesivo el cuidado que pongamos en el modo de conducimos en la mesa, manifestando en todos nuestros actos aquella delicadeza, moderación y compostura que distinguen siempre en ella al hombre verdaderamente fino. 5 — Los que moran en edificios cercanos entre sí deben considerarse, bajo muchos respectos sociales como si formasen una misma familia, y guardarse recíprocamente todos los miramientos que están fundados en la benevolencia y tienen por objeto principal el no ofender ni desagradar a aquellos con quienes se vive. Pero ¿podrá acaso llegar nunca a recompensarles todo lo que les debe?, ¿qué podrá hacer que le descargue de la inmensa deuda de gratitud que para con ellos tiene contraída? WebManual de Carreño. El presente post es basado en la elaboración de un Manual de Google Drive – Desde el Ordenador, y está dirigido para todos los docentes de educación … Respecto del paso demasiado corto, ésta es una ridícula afectación, tan sólo propio de personas poco juiciosas. Una visita en persona es aquella que hacemos presentándonos en la casa del que ha de recibirla, ya sea que lleguemos a verle, ya sea que le dejemos nuestra tarjeta, y una visita por tarjeta, la que hacemos limitándonos a enviar ésta desde nuestra residencia. 5 — No echemos nunca en cara a nuestros domésticos, al reprenderlos, sus defectos o deformidades naturales. Aunque no estén en aquel momento bajo la impresión de un reciente disgusto, y puedan por lo tanto mostrarle respectivamente la necesaria afabilidad, su manera de tratarse entre sí habrá de revelar su desacuerdo; y la visita, al mismo tiempo que verá en esto un signo de mala educación, se sentirá fuertemente embarazada para tomar parte con libertad y acierto en la conversación, cuyo movimiento ha de ser irregular y enojoso, por cuanto no está basado en la armonía general y recíproca de todos los circunstantes. 9 0 obj ]��;�k���҈9�����E�C�{�6%\]E��6?������s����F�Y�{��]�����U��6{���a2��$����P��!P�!$�� �Z� ݛq�u�oߣ�׽��[��S �3�_}on��|���|5���IQ����ʛ�({*5Ѫ#R2A�I#qHF�|���8�Au�:Ct{h�mZdH�Ɉ !��b)װ�l[�|�aV�S ���XM�3��+�I���!���Q :*��Ԅ'.a�pWO���Q���ڬ�v���2�HHb��D[ f��)Aj�P$�(�=+bWWвi�T�Z,�Vp�w����f`����f�V0�c��#s�tpwjLW���I3�(f�i�P��p����wnU3��Մ����5�NMX� nn�� �6��I&N����9���C���Oj$*c� nn��y��˴���}�L�Q�6��P趫�jl�oF�; ����U�����Z2?+]�>%QCg�)��N�4A�Τ�ju��V��:�]X��|�^ endobj 10 — El que pierde una cuestión debe dar una prueba de cultura, y de respeto a la mayoría, manifestándose, si no contento y satisfecho, por lo menos resignado y tranquilo, y con un continente que revele una calma superior a los sentimientos mezquinos de un necio e impotente orgullo. Mas en ningún caso debe perderse de vista un solo instante que la descripción que se haga no es el asunto principal del discurso, y que ella no debe ir nunca más allá de la necesidad de ilustrar la atención de los oyentes. Nada hay, por otra parte, que comunique mayor grado de belleza y elegancia a cuanto nos concierne, que el aseo y la limpieza Nuestras personas, nuestros vestidos, nuestra habitación y todos nuestros actos, se hacen siempre agradables a los que nos rodean, y nos atraen su estimación y aun su cariño, cuando todo lo encuentra presidido por ese espíritu de pulcritud que la misma naturaleza ha querido imprimir en nuestras costumbres, para ahorrarnos sensaciones ingratas y proporcionarnos goces y placeres. Manual de urbanidad y buenas maneras Llamase urbanidad al conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras, y para manifestar a los demás1a benevolencia, atención y respeto que les son debidos. 5 — Jamás permanezcamos ni por un momento con el sombrero puesto en la casa en que entremos, desde que tengamos que dirigir la palabra a cualquiera de las personas de la familia que la habita, que no sea un niño o un doméstico, aun cuando todavía no hayamos penetrado en la pieza de recibo. WebCompendio Del Manual De Urbanidad Y Buenas Maneras - Ebook written by Manuel Antonio Carreño. 10 — A veces situamos los animales que a nosotros mismos nos molestan en la parte más retirada de la casa, como lo hacemos con los perros, que atamos en el corral, pero pensemos que, si de este modo alejamos de nosotros la incomodidad, es posible que sean nuestros vecinos los que han de sufrirla. 10 — Suframos, pues, con afectuosa resignación y prudencia, las pequeñas contradicciones que hemos de encontrar a cada paso en el seno de la vida doméstica y ahoguemos al nacer todo germen de discordia que pueda venir a turbar más adelante la armonía y la paz que, como ya hemos dicho, son el fundamento del orden, el contento y el bienestar dc las familias. 7 — No permitamos que los niños que nos pertenecen salgan a la calle a formar juegos y retozos, que necesariamente han de molestar a nuestros vecinos. Le recordamos que este libro ha sido prestado. WebCarreño, fue escrito por Manuel Antonio Carreño en España, en 1853. 8 — Cuando nos encontremos en una fonda o restaurante, jamás paguemos lo que se haya servido a una persona con quien no tengamos amistad, pues esto, lejos de ser un obsequio, es un acto incivil y hasta cierto punto ofensivo. Bienvenidos al Manual de Carreño. Download for offline reading, highlight, … que afectan o pueden afectar a los demás; pues sería grande incivilidad el excitar de algún modo el desaseo de los que nos rodean, no sólo con nuestras acciones, sino también con nuestras El baño se debe suprimir sólo en caso de enfermedades y por decreto médico, en cuyo caso éste indicará en qué forma se hará el aseo. Los placeres del mundo serán para él siempre puros como en la mañana de la vida: en la adversidad encontrará los consuelos de la buena conciencia, y aquella fortaleza que desarma las iras de la fortuna, y nada habrá para él más sereno y tranquilo que la hora de la muerte, seguro como está de haber hecho el camino de la eternidad a la sombra de las bendiciones de sus padres. Si todos somos mal educados, irrespetuosos, egoístas y, en vez de ayudar, maltratamos a nuestros semejantes sin consideración a su edad y condición, y pretendemos siempre para nosotros el primer puesto o la mejor tajada, si cedemos fácilmente a los arranques de la ira o del mal genio, o perturbarnos, sin importarnos nada la tranquilidad, el silencio, el reposo o el sueño a que los demás tienen también derecho, si injerimos, denigrarnos y humillarnos a los otros como si fuéramos los amos del mundo, no seremos dignos de vivir en una sociedad civilizada y merecemos la universal reprobación. bajo los auspicios de una fuerte y recíproca simpatía. ¿Hasta qué punto no se desluce el que dice cualesquier cosa por cualquier cosa, dijiste por dijiste, yo soy de los que digo por yo soy de los que dicen, caballo por caballo, háyanos por hayamos? Las ciudades, los pueblos, los edificios, los campos cultivados, y todos los demás signos y monumentos de la vida social, nos representan a nuestros antepasados y sus esfuerzos generosos por el bienestar y la dicha de su posteridad, la infancia de nuestros padres, los sucesos inocentes y sencillos que forman la pequeña y siempre querida historia de nuestros primeros años, los talentos de nuestras celebridades en las ciencias y en las artes, los magnánimos sacrificios y las proezas de nuestros grandes hombres, los placeres, en fin, y los sufrimientos de una generación que pasó y nos dejó sus hogares, sus riquezas y el ejemplo de sus virtudes. Capítulo 6 diferentes aplicaciones de la urbanidad I De los deberes respectivos 1 — Las personas entre quienes existen relaciones especiales, ya sean accidentales o permanentes, se deben respectivamente ciertas consideraciones también especiales; y aunque sobre este punto se encuentren nociones suficientes en los principios generales de moral, civilidad y etiqueta contenidos en esta obra, no hemos creído superfluo el presentar aquí algunas reglas particulares que fijen de una manera más determinada y concreta el carácter de estas consideraciones. D De las condiciones morales de la conversación 1 — Nuestro lenguaje debe ser siempre culto, decente y respetuoso, por grande que sea la llaneza y confianza con que podamos tratar a las personas que nos oyen. 12 — También llevaremos un memorándum en que anotaremos los encargos que se nos hayan hecho, las cartas que tengamos que escribir, las visitas que debamos hacer, los aplazamientos que hayamos aceptado, las reuniones a que debamos concurrir, y todos los compromisos de esta especie que hayamos contraído. F De la atención que debemos a la conversación de los demás 1 — Presentemos una completa atención a la persona que lleve la palabra en una conversación general, y a la que nos hable particularmente a nosotros, dirigiendo siempre nuestra vista a la suya, y no apartándola sino en aquellas breves pausas que sirven de natural descanso al razonamiento. X Del modo de conducirnos cuando estamos hospedados en casa ajena 1 — Evitemos, en cuanto nos sea posible, el hospedarnos en las casas de nuestros amigos, especialmente de aquellos a quienes hayamos de ser molestos o gravosos, ya por la escasez de su fortuna, que los tendrá quizá reducidos a necesidades interiores, de que siempre es mortificante se impongan los extraños; ya porque esta misma escasez no les permita obsequiarnos debidamente sin hacer algún sacrificio; ya en fin, porque no teniendo aposentos desocupados, hayan de desacomodarse ellos mismos para darnos alojamiento. 1 0 obj cuidemos de que las camas no estén jamás a la vista. 5—Al retirarnos a nuestro aposento debemos despedirnos cortés y afectuosamente de las personas de nuestra familia de quienes nos separamos en este acto; y en ningún caso dejarán de hacerlo los hijos de sus padres, los esposos entre sí, y los que duermen en un mismo aposento al acto de entregarse al sueño. El que toma una de estas casas con tal objeto lo hace generalmente después de haber pasado por todos los quebrantos y sacrificios que trae consigo una enfermedad; y aun cuando así no sea, sus gastos han de aumentarse necesariamente, y siempre le serán gravosos los que se vea obligado a hacer para obsequiar a sus huéspedes. 7 — Cuando un caballero reciba a varias señoras, no se sentará en una misma línea con ellas, sino que, colocándolas en los asientos principales, se situará en un lugar desde el cual puede dirigir a todas las palabras, sin necesidad de volverse para ello a uno u otro lado. 2 — Deberes entre padres e hijos. 2 — Es tan sólo propio de personas vulgares e considerables el ir a permanecer de asiento en las casas de campo a donde se trasladan sus amigos para mudar de temperamento y reponer su salud. 9 — Una persona de educación, no se detiene delante de las ventanas de una casa donde se celebra un festín. 4 — Generalmente la dueña de casa sirve en la mesa las fuentes que traen del interior ayudada por alguna íntima o pariente y los sirvientes alcanzan los platos a los invitados siguiendo las reglas de servir primero a las señoras por orden de categoría y lo mismo a los caballeros 5 — Para el servicio de algunos alimentos se pueden seguir las siguientes reglas: Para trinchar un ave, se principia por separar de ella el ala y el muslo, prendiéndola y asegurándola con el tenedor, e introduciendo acertadamente el cuchillo en las articulaciones; y ejecutada esta operación, se van cortando longitudinalmente rebanadas delgadas de la parte pulposa, la cual ha quedado ya descubierta y desembarazada. 2 —A la señora y al señor de la casa no les es lícito bailar sino por un corto rato, y sólo por vía de obsequio a alguna persona respetable; bien que nunca ambos a un mismo tiempo, pues entonces quedaría la reunión enteramente privada de sus atenciones, las cuales no deben sufrir interrupción alguna. III De las visitas A De las visitas en general 1 — Las visitas son los actos que más eficazmente contribuyen a fomentar, consolidar y amenizar las relaciones amistosas; a conservar las fórmulas y ceremonias que tanto brillo y realce prestan a la sociabilidad; a facilitar todos los negocios y transacciones de la vida; y a formar, en fin, los buenos modales y todas las cualidades que constituyen una fina educación, por la multitud de observaciones que ellas nos permiten hacer a cada paso, las cuales nos conducen a imitar lo que es bueno y a desechar lo que es malo, adoptando insensiblemente los usos y estilos de las personas que más se insinúan en el Ánimo de los demás, por su trato agradable, delicado y culto. Aquellos que tal hacen, incurren en una imperdonable falta de respeto, y manifiestan apreciar en poco su propio decoro. Capítulo 5 Del modo de conducirnos en sociedad. Grande debe ser nuestro cuidado en limitarnos a usar, en cada uno de los grados de la amistad, de la suma de confianza que racionalmente admite. WebManual de Carreño audiobook written by Manuel Antonio Carreño. G De las honras fúnebres. En efecto, ¿quién sino Dios ha creado el mundo y gobierna, quién ha establecido y conserva es. VI Del modo de conducirnos en los establecimientos públicos. Sign in Capítulo 2 Deberes para con la sociedad I Deberes para con nuestros padres Los autores de nuestros días, los que recogieron y enjugaron nuestras primeras lágrimas, los que sobrellevaron. MANUAL PAGOS COMIDA CORTESIA Y … 2— Esto no obsta para que personas de un mismo sexo, que así hayan sido puestas en comunicación, se saluden o se comuniquen en otra parte, y aun establezcan relaciones permanentes, cuando a ello las mueva una recíproca simpatía, y según las circunstancias particulares que medien en cada caso. Despreciándose de este modo a los actores, se hace naturalmente una ofensa a aquellos que los han considerado dignos de su atención. Y el que no tiene adquirida tal reputación, en vano buscará en las formas el medio de comunicar fuerza de verdad a sus palabras. Lo que por su naturaleza es repugnante y grosero, pierde bien poco de su carácter por el barniz de una expresión delicada y culta y con excepción de algún raro caso en que nos sea lícito hablar de cosas tales entre nuestros íntimos amigos, ellas son siempre asuntos de conferencias privadas, que la necesidad preside y tan sólo ella legitima, 3 — Guardémonos de emplear en la conversación palabras o frases que arguyan impiedad, o falta de reverencia a Dios, a los Santos y a las cosas sagradas. Narrated by Henry Matallana. Dentro de nuestra propia casa pueden hacer un ruido tal que llegue a las casas inmediatas, cuyos moradores no están ciertamente en el deber de sufrir semejante incomodidad. Colmándola por su parte de consideración y respeto, le atraerá indudablemente la consideración y el respeto de hijos y domésticos y de todas las demás personas que la rodean; y apareciendo en todas ocasiones discreto, delicado y decoroso le dará ejemplos de discreción, delicadeza y decoro que influirán ventajosamente en su conducta para con él mismo, y en el desempeño de los importantes deberes que están especialmente a su cargo, como la primera educación de los hijos, el gobierno de la familia, y la inmediata dirección de los asuntos domésticos. más personas con quienes vivimos; y no olvidemos que la delicadeza nos prohíbe especialmente ocurrir a manos ajenas, para practicar cualquiera de las operaciones necesarias al aseo de nuestra persona. Digno es aquí de contemplarse cómo la soberana bondad que Dios ha querido manifestar en todas sus obras, ha encaminado estos deberes a nuestro propio bien, haciendo al mismo tiempo de ellos una fuente inagotable de los más puros y exquisitos placeres. 2 — Así como no debemos nunca entregarnos al sueño sin alabar a Dios y darle gracias por todos sus beneficios, lo que podría llamarse asear el alma, tratando de despojaría por medio de la oración de las manchas que las pasiones han podido arrojar en ella durante el día, tampoco debemos entrar nunca en la cama sin asear nuestro cuerpo; no sólo por la satisfacción que produce la propia limpieza, sino a fin de estar decentemente prevenidos para cualquier accidente que pueda ocurrirnos en medio de la noche. Guardemos las cartas y los demás papeles que debamos conservar, por el orden de sus fechas, y con arreglo a todas las circunstancias que nos faciliten encontrar prontamente los que necesitamos; y jamás tengamos a la vista aquellas cartas, papeles u otros objetos que se hayan puesto en nuestras manos con la intención, expresa o conjeturable, de que nosotros nada más los veamos. Concluyamos, pues, el capítulo de los deberes para con Dios, recomendando el respeto a los sacerdotes, como una manifestación de nuestro respeto a Dios mismo, y como un signo inequívoco de una buena educación moral, y religiosa. Los familiares hacen una invitación y las entidades comerciales u oficiales, con que el difunto ha estado vinculado, hacen otras tantas invitaciones. 2 — El juego tiene una etiqueta que le es enteramente peculiar, y consiste en todas aquellas finas y generosas demostraciones que se hacen entre sí las personas que juegan, por medio de las cuales manifiesta cada una de ellas que sólo la anima el deseo de pasar un rato deshonesto entretenimiento, y que no pone por tanto grande ahínco en salir triunfante, ni exterioridad, por la delicadeza de nuestros movimientos, por la naturalidad y el modesto despejo que aparezcan siempre en nuestro cuerpo, sea cual fuere la actitud en que nos encontremos. 4 — Es sobremanera chocante y vulgar el uso de expresiones de juramentos; y de todas aquellas con que el que habla se empeña en dar autoridad a sus asertos, comprometiendo su honor y la fe de una palabra, o invocando el testimonio de otras personas. II De las presentaciones, A De las presentaciones en general, B De las presentaciones especiales, C De las presentaciones ocasionales, D De las presentaciones por cartas. la sobriedad y apropiada combinación de colores. 7 — No hay que olvidarse de poner felpudos en todas las puertas de acceso a jardines o la calle; de esta manera se preservará mejor la limpieza de los pisos. Para niños y mayores, … 5 — Como según las reglas anteriormente establecidas, debemos permanecer en nuestra casa decentemente vestidos, y a las horas de recibo en un traje propio para recibir toda especie de visitas y como nuestra sala debe estar siempre perfectamente arreglada, de modo que no sea necesario prepararla ocasionalmente al anunciársenos una visita, es de todo punto innecesario que las señoras, como ha solido acostumbrarse, se pasen recado pidiéndose permiso para visitarse en señaladas horas. 4 — Los que se ponen a silbar mientras combinan sus lances en el ajedrez y otros juegos de esta es pecio, se olvidan de que así cometen la grave incivilidad de arrojar su aliento sobre la persona que tienen por delante. 4 — En la caravana de automóviles que acompaña a la carroza irán en el primer carro las personas más allegadas al difunto que son las que arrastran el duelo acompañadas por el edecán del Presidente de la República, si es que éste se ha hecho representar en el acto. 4 — Siempre que en sociedad nos encontremos de pie, mantengamos el cuerpo recto, sin descansarlo nunca de un lado, especialmente cuando hablemos con alguna persona. Cuando pensamos en el amor de una madre, en vano buscamos las palabras con que pudiera pintarse dignamente este afecto incomprensible, de extensión infinita, de intensidad inexplicable, de inspiración divina; y tenemos que remontarnos en alas del más puro entusiasmo hasta encontrar a María al pie de la cruz, ofreciendo en medio de aquella sangrienta escena el cuadro más perfecto y más patético del amor materno. Además, como las costumbres de la madre de familia se transmiten directamente a los hijos, por ser en su regazo donde pasan aquellos años en que se graban más fácilmente las impresiones, sus malos ejemplos dejarán en ellos resabios inextinguibles, y sus hijas, sobre todo, que su vez llegarán también a ser madres de familia, llevarán en sus hábitos del desorden, el germen del empobrecimiento y de la desgracia. 5 — Al sentarnos, hagámoslo con suavidad y delicadeza, de modo que no caigamos de golpe y violentamente sobre el asiento; y después que estemos sentados, conservemos una actitud natural y desembarazada, sin echar jamás los brazos por detrás del respaldo del asiento ni reclinar en él la cabeza, sin estirar las piernas ni recogerlas demasiado, y sin dar al cuerpo otros movimientos que aquellos que son propios de la conversación, según las reglas sobre ella establecidas. XII Reglas diversas 1 — Evitemos cuidadosamente que se nos oiga nunca levantar la voz en nuestra casa, a lo cual nos sentimos fácilmente arrastrados en las ligeras discusiones que se suscitan en la vida doméstica, y sobre todo cuando reprendemos a nuestros inferiores por faltas que han llegado a irritamos. 2 — En cualquier tiempo en que se celebren las exequias de una persona, o se conmemore su muerte con una función religiosa, el de la ceremonia es un día de duelo para su familia, ya sí toda reunión bulliciosa, toda comida de invitación, todo acto que produzca algún goce, o que bajo algún respecto incluya la idea del placer, es enteramente impropio y ajeno de las circunstancias, altamente contrario a todo sentimiento de humanidad y de decoro, y al mismo tiempo un ultraje que se hace a la memoria del difunto. En cuanto a fumar en el tránsito, esta es una falta en que no pueden incurrir jamás ni las personas que sólo tengan una ligera idea de la buena educación, y de los deberes y prohibiciones que imponen las convenciones sociales. Una familia delicada y culta no permite que la parte exterior de su casa se encuentre nunca desaseada. Nuestra patria, generalmente hablando, es toda aquella extensión de territorio gobernada por las mismas leyes que rigen en el lugar en que hemos nacido, donde formamos con nuestros conciudadanos una gran sociedad de intereses y sentimientos nacionales. A veces es imposible tomar un conocimiento exacto de los sucesos, sin tener por lo menos una ligera idea de los usos o costumbres de un pueblo, del carácter o fisonomía de una persona, de la disposición en que estaban ordenados ciertos objetos, de la topografía de un lugar, de la vista de una ciudad, de un campo, de un sembrado, etc., etc. El padre cuida de su esposa con más ternura que nunca, vive preocupado de los peligros que la rodean, la acompaña en sus privaciones, la consuela en sus sufrimientos, y se entrega con ella a velar por el dulce fruto de su amor. 2 — Nuestro peso no debe ser ordinariamente ni muy lento ni muy precipitado; pero es lícito a los hombres de negocios acelerarlo un poco en las horas de trabajo. cuando se hacen de día, especialmente en días de trabajo, deben ser más cortas que cuando se hacen de noche. Nada hay más repugnante que la exageración de la etiqueta, cuando debemos entregarnos a la más cordial efusión de nuestros sentimientos; y como por otra parte esta exageración viene a ser, según ya lo veremos, una regla de conducta para los casos en que nos importa cortar una relación claro es que no podemos acostumbrarnos a ella, a sin alejar también de nosotros a las personas que tienen derecho a nuestra amistad. 9 — La sátira no está excluida de las discusiones parlamentarias; antes bien las anima y sazona, y sirviendo de pábulo al interés del auditorio, proporciona al que la emplea la importante ventaja de atraer la atención que tanto necesita cautivar. Unidos y entrelazados ambos por el vínculo más dulce y más sagrado que existe en la naturaleza, sus relaciones están siempre sustentadas por un afecto inextinguible, y amenizadas por las demostraciones de la más exquisita civilidad, que son las que nacen naturalmente de un sentimiento profundo de amistad y benevolencia. 8 —La difusión en los discursos los hace pesados y fastidiosos, y molestando al auditorio, le distrae de la cuestión con perjuicio del mismo que la sostiene. 9 — La tolerancia es el gran principio de la vida doméstica. 4 — Las invitaciones se hacen con la anticipación que es propia de cada caso, atendida la naturaleza del festín, la mayor o menor etiqueta que en él haya de reinar, y el mayor o menor número de personas que hayan de concurrir. 2 — No es admisible el uso de ofrecerse indistintamente a los que ocupan las casas inmediatas a aquella que se entra a habitar; pues de esta manera o han de cultivarse relaciones que pueden ser inconvenientes, o se contrae la enemistad de aquellas personas cuyo trato se abandone después de haberlas conocido. do estar fuera de ella. WebMuchas gracias.ENLACE 1: EL MANUAL DE CARREÑO: DESCARGA GRATUITA PDF ENLACE 2: COMPENDIO DEL MANUAL DE URBANIDAD Y BUENAS MANERAS ENLACE 3: MANUAL … Urbanidad: es el conjunto de reglas las cuales tenemos que observar y aplicar a nuestra vida; como lo son la cordialidad, … Descargar en PDF el Manual de Urbanidad de Manuel Antonio Carreño. No cerrar sesión Al crear … 2 — Con excepción de las cartas científicas, y de todas aquellas que versan sobre asuntos graves, las cuales admiten un estilo más o menos elevado, una carta no es otra cosa que una conversación escrita, y no debe por tanto emplearse en ella otro estilo que aquel que se emplearla en la expresión verbal de su contenido. II Del acto de acostarnos, y de nuestros deberes durante la noche 1 — Antes de entregarnos al sueño, veamos si podemos hacerlo sin que nos echen de menos los que en una enfermedad, o en un conflicto cualquiera, tienen derecho a nuestra existencia, a nuestros cuidados y nuestros servicios. Debemos amar a nuestros semejantes, respetarlos, honrarlos, tolerar y ocultar sus miserias y debilidades: debemos ayudarlos a ilustrar su entendimiento y a formar su corazón para la virtud: debemos socorrerlos en sus necesidades, perdonar sus ofensas y, en suma, proceder para con ellas de la misma manera que deseamos que ellos procedan para con nosotros. IX Del modo de conducirnos con nuestros vecinos 1 —El que llega a una nueva vivienda debe ofrecerse a sus amigos, vecinos; y respecto de las demás personas que moren en los alrededores, debe dejar al tiempo, a las circunstancias, y al conocimiento que vaya adquiriendo de su carácter y sus costumbres, el entrar con ellas en relaciones especiales de amistad. Abrir y editar PDF en Google Drive Pongamos que tenemos un documento PDF en Mi unidad de Google Drive. 8 — Igual cuidado debemos tener respecto de aquellos animales que solemos tener la debilidad de criar y mantener en nuestra casa, y que se sitúan en las ventanas como los papagayos, o salen a la calle como los perros, a molestar a los vecinos. III Deberes para con nuestros semejantes………………………………. 3 — La mujer debe educarse en los principios del gobierno doméstico, y ensayarse en sus prácticas desde la más tierna edad. 2 — En los establecimientos industriales, y demás casas que estén abiertas al público, deberán aplicarse las mismas reglas del párrafo anterior: en ellas no entraremos nunca a distraer inútilmente a los que trabajan: y si puede ser tolerable que les hagamos visitas, es únicamente en los casos en que no podamos hacerlo en sus casas y en que al mismo tiempo sea tal la intimidad de nuestras relaciones, que nuestra presencia no los prive de atender a sus más urgentes quehaceres. 6 — Las personas que concurren habitualmente a una- tertulia, están en libertad de permanecer en ella todo el tiempo a que generalmente se extienda, sea cual fuere. 9 — Establezcamos siempre cierto orden en la colocación de los muebles, de los libros y de cuantos objetos nos rodean. 14 — La vida es muy corta, y sus instantes corren sin jamás detenerse; así es que sólo en la economía del tiempo podemos encontrar los medios de que nos alcance para educarnos e ilustrarnos, y para realizar todos los planes que pueden hacerla útil a nosotros mismos y a la sociedad. 3— El vestido que usamos además de limpio y sin ajaduras debe estar de acuerdo con la hora y la ocasión en que nos encontramos. 10— Debe ponerse un especial esmero en el orden y decencia de los aposentos que ocupan los criados, así por estimación hacia ellos, como por nuestras propia dignidad y decoro. 5 0 obj Dase este nombre al ceremonial de los usos, estilos y costumbres que se observan en las reuniones de carácter elevado y serio, y en aquellos actos cuya solemnidad excluye absolutamente todos los grados de la familiaridad y la confianza. 6 — Evitemos, en cuanto nos sea posible, el sonarnos cuando estemos en sociedad; y llegado el caso en que no podamos prescindir de hacerlo, procuremos que la delicadeza de nuestros movimientos debilite un tanto en los demás la sensación desagradable que naturalmente han de experimentar. ¡Cuántos son entonces sus padecimientos físicos, cuántas sus privaciones por conservar la vida del hijo que la naturaleza ha identificado con su propio ser, y a quien ya ama con extremo antes de que sus ojos le hayan visto! Todo exceso de confianza es abusivo y propio de almas vulgares, y nada contribuye más eficazmente a relajar y aún a romper los lazos de la amistad, por más que ésta haya nacido y pudiera consolidarse. 2 — No es libre en todos los casos hacer las visitas en una y otra forma: las reglas de la etiqueta ofrecen gran variedad en este punto, y, según vamos a verlo, hay visitas que debemos hacer siempre en persona, otras que generalmente se hacen por tarjeta, y otras, en fin, que pueden hacerse indiferentemente en persona o por tarjeta.

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